Este jueves, cientos de habitantes de Culiacán se unieron en una marcha multitudinaria para exigir justicia por los asesinatos de Alexander, de 9 años, y Gael, de 12, quienes fueron víctimas de un ataque armado la madrugada del pasado domingo mientras viajaban con sus padres y un primo en el sector Los Ángeles.
La marcha, cargada de indignación, inició en la escuela Sócrates, donde Gael cursaba sus estudios. Los participantes avanzaron por la avenida Álvaro Obregón hasta llegar al Ayuntamiento de Culiacán, donde se exigieron respuestas a las autoridades municipales. Finalmente, el contingente concluyó su recorrido en el Palacio de Gobierno estatal, pidiendo atención a sus demandas.
Aunque algunos manifestantes rompieron cristales de las puertas del Palacio de Gobierno, la madre de los niños apeló a la calma, solicitando que la manifestación se mantuviera pacífica.
La tragedia ocurrió el 19 de enero cuando la familia de los menores fue atacada a balazos mientras viajaban en un vehículo. En el ataque, el padre de los niños murió en el lugar, y Alexander y Gael resultaron gravemente heridos, perdiendo la vida días después.
Las autoridades aún investigan el ataque, manejando hipótesis como un intento de asalto o una posible confusión por parte de los agresores. Sin embargo, el hecho ha encendido las alarmas sobre la creciente violencia en Sinaloa y su impacto en las infancias.
Según reportes, la violencia en el estado ha afectado significativamente a los menores, con al menos 20 infantes ingresados a hospitales debido a hechos violentos desde septiembre de 2024.
La marcha no solo fue un clamor por justicia, sino un llamado urgente a las autoridades para poner fin a la violencia que persiste en la región y garantizar la seguridad de sus ciudadanos, especialmente de los más vulnerables.