En Estados Unidos se consideraba erradicado el virus del sarampión desde el año 2000, pero los padres que no quieren vacunar a sus hijos y tomar esta medida preventiva la expansión de brotes va en aumento, se han detectado más de 670 casos sólo en el estado de Nueva York generando medidas drásticas en la Asamblea Estatal, aprobando eliminar cualquier exención por motivos religiosos.
Los principales detractores de esta ley son los integrantes de las comunidades judía ortodoxos y los amish, donde los padres han decidido no vacunar a sus hijos, proclaman “nos están quitando la libertad religiosa, con la excusa de salud pública”.