El presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado de Sinaloa, Feliciano
Castro Meléndrez, informó que impulsará que el Salón de Sesiones lleve el nombre de Francisco
Villa.
Al participar en la Mesa Redonda “Pacho Villa. Evocaciones de un Revolucionario”, celebrada por
el 100 aniversario de su muerte y que organizó el Instituto de Investigaciones Parlamentarias de
Congreso, también se pronunció por que el nombre de la principal vialidad de Culiacán, que es
Álvaro Obregón, lleve el nombre de otro general histórico de Sinaloa, como es Rafael Buelna.
Estas propuestas, dijo, son una convocatoria a transformar la realidad para alcanzar el México
que concibieron Pancho Villa y Emiliano Zapata.
Sustentó su propuesta de que el Salón de Sesiones del Congreso lleve el nombre de Francisco
Villa porque muchos sinaloenses estuvieron con él durante el movimiento armado que encabezó.
Incluso precisó que apenas este jueves el Pleno del Congreso aprobó inscribir con letras doradas
en el Muro de Honor del Salón de Sesiones el nombre del general villista Felipe Bachomo, quien
fue un reconocido militar que surgió de la comunidad mayo-yoreme de Sinaloa.
El diputado Feliciano Castro aseguró que Francisco Villa fue de cuna rural y fue gente buena y no
era un ignorante, pues tenía mucha claridad de lo que se debía hacer en el México de aquella
época. Aseguró que fue asesinado porque su proyecto político era una amenaza a la clase política
emergente.
En la mesa redonda “Pacho Villa. Evocaciones de un Revolucionario”, que tuvo lugar en el
vestíbulo del Salón de Sesiones, participaron como ponentes los historiadores Saúl Armando
Alarcón Amézquita, Samuel Ojeda Gastélum, y Elizabeth Moreno Rojas.
En su intervención, Saúl Armando Alarcón resaltó la manifiesta formación social de Pancho Villa,
pues como gobernador de Chihuahua, en 1913 presentó su proyecto de nación, con una política
que reducía los precio de la carne, pan y leche, para que estuvieran al alcance de la gente
humilde, y promovió la repartición de tierras entre campesinos, así como también defendió la
autonomía municipal.
Elizabeth Moreno expuso que la figura de Francisco Villa fue muy atractiva para la literatura
mexicana y generó un nuevo género narrativo con distintos recursos y valoraciones.
En esa narrativa, dijo, se creó una imagen compleja del general entre lo positivo y negativo de sus
rasgos; se celebran sus hazañas militares, pero también se le tilda como un vulgar delincuente y
un criminal vengativo que cometía atroces actos.
Samuel Ojeda afirmó que Francisco Villa dejó huella en la historia nacional, y se distingue por su
osadía, hazañas y su legado político-social.
Hace 100 años, recordó, se estaba velando un cuerpo, había sido asesinado uno de los más
grandes exponentes de la Revolución Mexicana, pero con su muerte traspasó los umbrales de la
vida terrenal y todavía vive entre los mexicanos, sobre todo en el norte del país.
Pancho Villa, afirmó, es un personaje vivo –míticamente hablando– en el imaginario popular
mexicano. Es como Perseo, héroe valiente que enfrentaba monstruos y que está muy anidado en
la mitología griega. Villa es el Perseo mexicano, y regresa para darle un valor simbólico a lo que
fuimos y a lo que somos.