A todos nos va a ir mal ante los sucesos que se están observando del cambio climático y el calentamiento global, mientras no exista una conciencia ambiental que lleve a situaciones políticas y económicas. El problema del cambio climático y del incremento de temperaturas es que es como un tsunami, pero en cámara lenta, una vez que llegue el golpe será casi irreversible, advirtió César Higareda Romero.
El investigador de la Facultad de Biología, quien realiza estudios conjuntamente con investigadores de la Facultad de Agronomía sobre la relevancia de los recursos genéticos (todas las poblaciones silvestre de la naturaleza), en el escenario del cambio climático, explicó que la línea de la investigación tiene que ver el entender cómo va a responder la variación genética de los recursos silvestres a la tasa de cambio propiciada por el cambio climático, donde se tienen eventos tan intensos como las temperaturas tan altas que ya se viven, además de la variación en la precipitación.
“El cambio climático lo que está haciendo es que la tasa de cambio en el ambiente es más acelerada que la tasa de cambio a nivel genético. Es como una carrera, cada población se va adaptando, pero como la tasa de cambio que propicia el cambio climático es mucho más rápida que a nivel genético de las especies, va a propiciar que muchas especies se vean limitadas para responder a este aceleramiento. Las poblaciones van a comenzar a extinguirse, sobreviviendo solo aquellas que cuenten con un mayor bagaje genético que les permita tolerar esa tasa de cambio”, explicó.
Recordó que estas especies de las que el ser humano depende para sobrevivir o alimentarse provienen de ancestros silvestres, variedades que les ha llevado evolucionar miles de años, en comparación de las variedades que llegan del campo a la ciudad que son mucho más débiles y que ocupan recursos insecticidas, fertilizante y agua, la cual está cada vez más restringida.
“Para que se den una idea de la irregularidad, en mayo llovió fuerte en la sierra de San Ignacio y Cosalá. ¿Qué pasó con las semillas de esos sitios? Cae esa agua, responden y germinan, pero ya no ha vuelto a llover en semanas y con las temperaturas tan altas todas esas plantas que germinaron no van a sobrevivir”, citó.
En ese sentido, es urgente frenar las causas del cambio climático, como la deforestación elevada y el uso irracional de recursos hídricos. El problema es que va llegar el momento en que el cambio climático va a rebasar cualquier expectativa y un recurso genético no va a poder superar semejante tasa de cambio.
En lo que han sido las primeras etapas de esta investigación, Higareda Romero dijo que se ha encontrado que la población de chiles silvestres tiene la suficiente variación genética hasta el momento para tolerar la fluctuación de temperatura y de agua, con una variante en contra que la tasa de cambio es mucho más rápida.
“Es importante tratar de mantener estos recursos para resguardar la variedad de poblaciones silvestres, para en un futuro darles un potencial uso, ya que de estos se obtienen los genes”, explicó.