En los períodos de vacaciones de verano, en donde existe relajación en tiempos, actividades y formas de alimentarnos, podemos engordar de 2.5 a 5 kilogramos, por lo que, si bien en estos días los podemos usar para pasarla bien y descansar, no debemos dejar de lado hacer algo de actividad física lo cual redunde en el control del exceso de calorías que podemos consumir, destacó Jesús Gilberto Arámburo Gálvez, especialista en ciencias de la salud de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), quien añadió que si estos kilos ganados se van acumulando es más difícil de bajarlos y se convierten en problema de salud.
“Los estudios indican que ese peso que se gana en las vacaciones, si no hay un cambio de hábito en los patrones de alimentación o actividad física, esos kilos que se ganaron se conservan, y ¿qué es lo que pasa? Aunque pueda ser no tan significativo dos kilos, pero que pasa en las siguientes vacaciones esa ganancia de peso se va acumulando, periodo tras periodo, hasta que puede llegar un punto en donde la persona ya tiene un cierto grado de obesidad”, apuntó.
El también docente e investigador de la Facultad de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía (FCNyG) de la UAS reconoció que hay personas que, en lugar de dedicar sus vacaciones a hacer una cura de salud, (incluyendo ejercicio, meditación y buenos alimentos), más bien hacen todo lo contrario: beber y comer más de lo que su organismo soporta y de peor manera que durante el resto del año.