Luis Donaldo Colosio Murrieta, excandidato presidencial del PRI, fue asesinado el 23 de marzo de 1994 en la localidad de Lomas Taurinas, Tijuana, al terminar un mitin.
Mario Aburto Martínez fue identificado desde entonces como el autor intelectual y material del crimen, pese a que diversos fiscales especiales investigaron la hipótesis de un segundo tirador.
Sin embargo, nunca se pudo acreditar este hecho y se dejó en libertad por falta de elementos a quien durante dos años se consideró cómplice de Mario Aburto, Othón Cortés, entonces chofer de Colosio Murrieta y quien, años más tarde, aseguró que fue torturado y acusado injustamente.
Además de haber sido recluido en el Centro Federal de Readaptación Social Número 1 El Altiplano, conocido como Almoloya, en el Estado de México.
En la fecha en que fue privado de la vida, el político sonorense estaba por cumplir cuatro meses de haber sido “destapado” por el entonces Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari para que lo sucediera en el cargo.
Era el inicio de 1994, cuando estalló el conflicto zapatista en México y entró en vigor el primer acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá.
A 28 años de distancia del homicidio que generó una crisis sin precedentes en el país, su hijo —abogado y político— es el alcalde de Monterrey, Nuevo León, desde septiembre del año pasado.
Aburto promueve un amparo por tortura
En la víspera de cumplirse el vigésimo octavo aniversario luctuoso de Luis Donaldo Colosio Murrieta, excandidato presidencial del PRI, su asesino, Mario Aburto, promovió una demanda de amparo en la que asegura que fue víctima de tortura desde el momento de su detención.
La demanda fue aceptada por un tribunal federal y, en ella, el hoy sentenciado se queja de que la Fiscalía General de la República (FGR) ha sido omisa en indagar los tratos crueles e inhumanos de los que, asegura, fue víctima a partir del 23 de marzo de 1994.
El reclamo de Aburto consiste en que la autoridad investigadora nunca ha iniciado ninguna indagatoria contra los funcionarios que lo torturaron.