El reto de los productores de carne porcina además de mejorar el estatus sanitario es evitar el estrés de los animales durante su permanencia en los corrales, tanto a la hora de vacunarlos como sacrificarlos porque se afecta la calidad de la carne, tanto en color como en sabor.
Jalisco, Puebla y Sonora concentran el 50 por ciento de la producción en el país, la cual sumó el año pasado 1 millón 500 mil toneladas y genero dos millones de empleos directos e indirectos.
La Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y la Agricultura (FAO) dio a conocer que como respuesta al estrés, los cerdos liberan altos niveles de cortisol, lo que disminuye su respuesta inmunitaria.
En México los productores porcinos se han dado a la tarea de mejorar los estándares de sanidad, permanencia y sacrificio.