Se trata de un revestimiento nervioso ubicado dentro del aparato digestivo; capaz de aprender y memorizar el comportamiento que el organismo debe adoptar frente a cada tipo de alimento ingerido. Esta importante labor de monitoreo es llevada a cabo por el sistema nervioso entérico (SNE).
Las funciones a cargo de este “segundo cerebro” son la mezcla de los alimentos, la coordinación de las contracciones musculares, y el mantenimiento del ambiente bioquímico necesario para que las enzimas hagan su trabajo con eficacia.
El número de neuronas presentes en un intestino sano adulto se mantendrá estable a lo largo de la vida. Existen cuatro tipos de neuronas entéricas: aferentes intrínsecas primarias, motoras, interneuronas e intestinofugas.