La estatua del dios guerrero Guan Yu, de 57 metros de altura, ha estado en la entrada de la ciudad de Jingzhou, China, durante tres años. Pero ya está siendo desmantelada, porque no le gusta a nadie. Reposará en un lugar más apartado de la vista de los habitantes de Jingzhou. No gustó mucho que una estatua de un general guerrero que se pasó toda la vida matando gente y librando batallas, presidiera su ciudad.
Su historia es muy polémica, pues se presupuestaron 26 millones de dólares para construirla, en contra de las leyes urbanísticas de la ciudad, que solo permiten levantar edificios de una altura máxima de 23 metros. Sin embargo, las autoridades locales aprobaron su construcción usando un vacío legal.
No resulta nada sencillo, ni barato, trasladar una estatua de casi 60 metros, 1.197 toneladas de peso, y casi 4.000 tiras de bronce. El coste de la operación asciende a 24 millones de dólares. Ha costado casi lo mismo trasladarla y construirla.