En el Monasterio de Alcobaça, en Portugal, se oculta la puerta más estrecha del mundo. La puerta se llama la Porta Pega-gordo y mide 2 metros de alto por 32 centímetros de ancho. Son una dimensiones ridículas, pero tiene una explicación. El majestuoso Monasterio de Alcobaça, Patrimonio de la Humanidad, es una de las joyas históricas de Portugal, construido en el año 1178. Cuenta la leyenda que en el siglo XVIII el Monasterio de Alcobaça tenía una de las cocinas más grandes del mundo, e incluso habían construido un canal que desviaba el río para que pasase directamente por la cocina, y así los monjes podían coger los peces directamente del agua.
El caso es que muchos de estos monjes estaban bastante gordos, y la Gula es uno de los Siete Pecados Capitales. Así que el abad decidió construir esta puerta con una función muy sencilla: no dejar pasar a los gordos. El abad ordenó que no se sirviese comida. Cada monje tendría que ir a la cocina a buscarla si quería comer, pero solo podía entrar si estaba lo suficientemente delgado como para caber por un espacio de 32 centímetros. Con esta dieta tan radical los monjes comenzaron a adelgazar enseguida, ya que tenían prohibido comer fuera de la cocina. Cuando Portugal prohibió las órdenes religiosas y los monjes fueron expulsados del monasterio, este método de adelgazamiento tan efectivo no ha vuelto a utilizarse.