De acuerdo a un estudio de la Universidad Lourdes, en Ohio, los abrazos disminuyen los niveles de estrés y liberan la hormona de la felicidad: la oxitocina. Cuando recibimos un abrazo que resulta significativo para nosotros, nuestro cuerpo aumenta su nivel de serotonina y dopamina, por lo que conseguimos reducir los niveles de estrés, prácticamente de inmediato.
Por otra parte, una investigación de la Universidad de Carolina del Norte sugiere que un abrazo hace una gran reducción en la presión arterial. En esta experiencia se observó que, luego de recibir un abrazo de parte de sus parejas, la hormona del estrés se redujo drásticamente en un grupo de mujeres de entre 20 y 30 años. Así que, científicamente, los abrazos mejoran la salud general de las personas.