La letra ‘ñ’, patrimonio casi exclusivo de la lengua castellana, apareció en la Edad Media coincidiendo con el nacimiento de las lenguas derivadas del latín. En las inscripciones de muchas iglesias y criptas y en los manuscritos de la época, la ‘n’ doble de muchas palabras se sustituye por la nueva letra. Así, la palabra Hispannia, por ejemplo, comienza a escribirse como la conocemos en el castellano actual: España.
El símbolo que caracteriza a esta letra es llamado por la mayoría de los autores tilde, por algunos circunflejo y otros lo denominan virgulilla. La ñ no entró en el diccionario de la Real Academia Española hasta 1803. Pero el origen de esta letra, genuinamente española, se remonta casi 1.000 años atrás. El uso de la “ñ” en lugar de la “doble n” fue una solución para ahorrar pergamino y facilitar el duro trabajo de los monjes, es por eso que el uso de abreviaturas era muy común en la época.