Los espejismos son efectos ópticos producidos por la refracción de la luz. Es decir, son creados por el cambio de la velocidad y dirección de una onda, al pasar a otro medio con índice refractivo distinto. La diferencia entre la densidad del aire y el agua, produce la refracción de luz en un fenómeno que lleva el nombre de refracción parcial, y hace que se vean incluso distintos ángulos, y formas, desde diferentes perspectivas. Un espejismo muy común es la ilusión del charco de agua movedizo sobre el asfalto caliente, que por lo general se ve en las carreteras largas.
Existen dos tipos de espejismos con los que te puedes encontrar, y varían según las condiciones de temperatura y de luminosidad que haya en un sitio: espejismos superiores e inferiores. Los superiores se dan en climas de frío extremo. En este, el aire más próximo a la superficie se enfría más que el que está arriba. Esto hace que una imagen cuyo original se encuentra en el suelo se proyecte hacia arriba pero invertida. Por su parte, los inferiores son los más comunes, y se puede decir que la mayoría de las personas los ha visto al menos en una ocasión durante sus vidas. Se dan justo sobre la superficie terrestre, la cual se calienta gracias a los rayos solares, y se produce entonces un reflejo irreal, como de una superficie acuosa.