Aunque parezca algo inofensivo, el hielo es bastante duro, especialmente para nuestros dientes. Es importante que sepas que masticar hielo con frecuencia hace que tus dientes se debiliten, astillen o fracturen. Este hábito también puede terminar dañando el esmalte dental, dejándote expuestos a las caries y bacterias, y causando hipersensibilidad dental. La Asociación Dental Americana (ADA) recomienda que en vez de triturar el hielo con los dientes, lo dejes derretir en la boca como un caramelo.
También es posible que alguien coma hielo por el placer que le produce que siente o por el síndrome de Pica. Este es un trastorno de la conducta alimentaria que produce un deseo irresistible por comer sustancias no nutritivas, y poco usuales, como tierra, tiza o yeso. Según la ADA, la necesidad de mascar o chupar hielo podría estar relacionada con la anemia ferropénica, que ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente cantidad hierro. Sin embargo, no es un padecimiento muy común.