Muchos dan por sentado que el alcohol no es un alimento y que, por lo tanto, este no incide en la dieta, la verdad es otra muy distinta. Por cada gramo de alcohol que consumimos, entran a nuestro organismo alrededor de 7 kilocalorías, lo que equivale a comerse una hamburguesa. De modo que todas las bebidas alcohólicas engordan. Las bebidas que solo contienen alcohol destilado tienen considerablemente menos calorías que aquellas que incluyen zumos de fruta, leche, huevos o azúcares procesados.
A su vez, los cocteles, las bebidas dulces por excelencia, pueden resultar desastrosos para la dieta de aquellos que buscan adelgazar. Entre todas las bebidas alcohólicas, la que posiblemente contiene el mayor nivel de caloría sea el ron de miel. Se trata de un licor, hecho a base de miel, que aporta hasta 440 kilocalorías por cada cien centímetros cúbicos de la bebida. Las dos bebidas que le siguen muy de cerca son la absenta (también conocida como ajenjo) que aporta 348 kilocalorías por cada cien centímetros cúbicos y el pulque, que aporta 330.