Las 26 monarquías que restan en el mundo se distribuyen entre tres diferentes tipos: reyes que gobiernan, reyes que cuentan con algunos poderes políticos y reyes como figuras simbólicas. Los reyes que gobiernan tienen acceso directo al poder y existen en países como Arabia Saudita, Kuwait, Bahréin, entre otros. Este tipo de reyes aún mantienen la tradición hereditaria y no tienen elecciones populares. Por otro lado, están los monarcas con algunos poderes políticos como en Mónaco, Tailandia, entre otros. Estas figuras cuentan con algunas jurisdicciones de relativa importancia en el panorama político de su reino, como la posibilidad de escoger a los ministros de Estado que gobernarán, pueden ser jefes de Estado (superado por un jefe de gobierno), y en algunos casos incluso ejercer el poder ejecutivo, bajo las normas de un parlamento elegido democráticamente.
Por último, están los monarcas sin poderes. En Noruega, Suecia, España, Reino Unido (entre otros) podemos encontrar este tipo de monarquías. Las funciones de estos reyes son simbólicas o de orden secundario. Esto abarca desde participar en actos ceremoniales en el nombramiento del gabinete de ministros y el primer ministro (ya elegidos por el parlamento), hasta ejercer como jefes de un órgano consultivo, para discutir leyes antes de ser aprobadas por el congreso. Estos reyes pueden ocuparse de tareas leves en el Estado, como intervenir en la sanción y promulgación de leyes ante el parlamento. Sus tipos de gobiernos están construidos para que la mayor parte de la responsabilidad del poder recaiga en el parlamento y el jefe de gobierno.