Existen muchas tradiciones de Año Nuevo, pero hay una específica que se trata de comer 12 uvas a la medianoche, una costumbre que se dice “trae buena suerte” para el año siguiente. Se dice que esta tradición viene de España, y se remonta a principios del siglo XX, donde los productores de la ciudad de Alicante tuvieron una cosecha excelente en 1909 y encontraron una manera creativa de vender sus excedentes. La numerología juega un papel importante, pues cada uva representa buena suerte en cada mes del año, pero toda la fruta debe comerse durante el tiempo que tarda el reloj en sonar 12 veces. Si te comes las 12 al final tendrás buena suerte en el nuevo año.
Otra historia dice que la burguesía de Madrid quería copiar a los franceses comiendo uvas y bebiendo vino espumoso el último día del año. Poco después, la tradición fue adoptada por los visitantes de la Puerta del Sol que iban a ver repicar las campanas a la medianoche y comían las uvas a manera de burla hacia los ricos. Según la creencia, si tu primera uva resulta ser dulce, recibirás enero con optimismo porque se supone que garantiza buena suerte, mientras que una amarga sugiere malas vibraciones. Y si terminas a tiempo se concederán los deseos que pediste.