Todos hemos sentido alguna vez esa somnolencia que nos da después de comer, pero no muchos conocemos las razones de esta sensación. El nutricionista australiano, Robbie Clark, explica los motivos por los que sufrimos de este sueño característico después de una comida, especialmente durante la tarde; el primero consiste en el proceso digestivo, y el segundo, por la insulina. Una comida principal como el almuerzo genera mucho trabajo para el estómago, pues por lo general resulta abundante y está cargada de carbohidratos. Para digerir todos los alimentos, el estómago necesita una gran cantidad de energía, lo que provoca cansancio y somnolencia.
Sin embargo, también depende de los alimentos que comamos, pues algunas comidas impulsan más la producción de insulina, lo que genera un desbalance en la segregación de serotonina y melatonina, hormonas de felicidad y sueño, haciendo que el cuerpo entre en un estado de relajación que incrementa el sueño. Además, aproximadamente el 90% de la serotonina se encuentra en el sistema digestivo. Un estudio realizado en la Universidad de Manchester explica que el aumento de glucosa causado por la comida, disminuye la producción de orexina (un tipo de proteína que nos mantiene en estado de alerta), lo que provoca que se estimule aún más el sueño.