En 1927, la revista Time hizo una encuesta a todas las tiendas departamentales para saber qué colores asociaban con las mujeres y las respuestas fueron muy variadas. De hecho, el color azul era considerado un color delicado que era muy usado por las niñas pequeñas, fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que el rosa empezó a tener esta asociación simbólica con las niñas. Mamie Eisenhower, la primera dama, asistió a una ceremonia en un grandioso vestido rosa, diferente a todo lo que acostumbraban usar las mujeres durante la Guerra. Mamie era conocida por amar el color rosa, pues pensaba que le lucía muy bien porque hacía contraste con su tono de piel y sus ojos.
Podemos decir que fue una decisión meramente arbitraria que el rosa fuera el color favorito de la Sra. Eisenhower. Todos terminaron por adoptar este color como aquel que usan las mujeres femeninas. Durante este tiempo el rosa se volvió un color muy popular, a muchas mujeres les gustaba y no era visto como algo terriblemente opresor, pero definitivamente había mujeres que no querían volver a los roles tradicionales de género, y fue en este punto en que comenzó a verse el rosa representando a mujeres que eran todo menos tradicionales. Un buen ejemplo de ello es la piloto de carreras Donna Mae Mims, que llevaba uniforme y auto rosa, y Hillary Clinton, que viste frecuentemente de este color. Entonces esto no se trata del color rosa, sino de la manera en que se usa para definir la personalidad de un individuo y delimitar sus capacidades, ¿no lo crees?