En ocasiones, nos despertamos más cansados que antes de irnos a dormir, nos sentimos fatigados, con dolor de cabeza y desconcertados. Todo esto se debe a dormir en exceso y alterar nuestro ritmo circadiano, mejor conocido como “reloj biológico”. Este tiene la función de regular las horas a las que estamos acostumbrados a dormir, por lo que crea un horario de sueño. El problema ocurre cuando lo alteramos y dormimos más o menos de la cuenta, lo que los expertos llaman “la resaca del sueño”.
El ritmo circadiano, genera una hormona llamada melatonina, que es responsable de inducir el sueño y es producida a las horas que solemos dormir, mientras que deja de propagarse cuando despertamos. Ahora bien, si normalmente despertamos a las 7 de la mañana pero un día nos quedamos dormidos, nuestro ritmo circadiano de igual forma enviará las señales al cuerpo para funcionar como si estuviéramos despiertos, por lo que al despertar tendremos mucha menos energía de la normal. También puede ocurrir que al momento de tomar una siesta para “compensar” el sueño, no lo hagamos en las condiciones que acostumbramos (luz, ruido, etc.), y así nunca entremos en una etapa de sueño profundo y no descansemos.
Es importante mantener una buena rutina de sueño, pues de lo contrario, este mal hábito podría desencadenar enfermedades como diabetes, problemas cardiovasculares y obesidad. Por esta razón, siempre se recomienda un límite de sueño según la edad de la persona.