La soledad es un problema social actual que afecta a un porcentaje elevado de personas mayores e influye de manera significativa y negativa en su bienestar psicológico, el término soledad se suele emplear cuando el sujeto experimenta malestar ante la ausencia o limitación no deseada de relaciones afectivas.
La soledad suele dar lugar a sentimientos de hostilidad, resentimiento, tristeza y ansiedad, lo que a su vez reactiva mecanismos neurobiológicos que pueden dañar la cognición, la emoción, el comportamiento y la salud de la persona mayor, llegando a incrementar las probabilidades de mortalidad y dependencia.
Este proceso se ve dificultado si se siguen manteniendo los estereotipos negativos existentes hoy en día: los mayores son improductivos, aburridos, enfermos, solitarios y tristes.
Romper con estos estereotipos y barreras sociales no es tarea fácil. Deberíamos reflexionar si este giro en la sociedad donde la vejez, en épocas anteriores reconocida como fuente de sabiduría, ha pasado a ser considerada como una carga que debe ser apartada.