¿Será que una nueva Chernóbil se acerca?, pero en esta ocasión en el mar.
¿A qué se debe esta noticia?
En este mes, una flotilla de barcos remolcadores saldrá de Múrmansk, una costa ubicada al extremo noroeste de Rusia, para ser llevados a Akademik Lomonosov, una planta nuclear flotante.
¿La razón?
Proporcionar energía a hogares, operaciones de minería y perforación.
¡No son los únicos!
Ya que actualmente, China construye su primera planta flotante, la cual estará terminada en 2021.
Asimismo, sus reactores marítimos están basados en sus diseños terrestres ya exitosos.
¿Por qué en el mar?
Debido a que son mucho más pequeños, reduce el costo de manufactura y despliegue. Además, buscan de que sean modulares.
Asimismo, al ubicarlos en el mar no hay necesidad de que tomen espacios terrestres y se logra llevar energía a áreas remotas, subdesarrolladas o arrasadas por desastres.
¡Lo preocupante!
Defensores argumentan que, en un caso de accidente, el agua de mar podría enfriar un reactor flotante dañado hasta que llegue la ayuda.
Sin embargo, generaría un desastre al estilo de Chernóbil pero, esta vez contaminaría el océano por miles de kilómetros lo que afectaría a pesquerías y comunidades pesqueras.
Esa contaminación se aproximaría a tierra y perjudicaría a áreas pobladas.