El maltrato infantil es una realidad silenciosa que afecta a millones de niños y niñas en todo el mundo. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en septiembre de 2022, casi tres de cada cuatro niños de entre dos y cuatro años —unos 300 millones— sufren castigos corporales o violencia psicológica por parte de sus cuidadores. Además, se estima que una de cada cinco mujeres y uno de cada 13 hombres fueron víctimas de abuso sexual durante su infancia, y que 120 millones de niñas y mujeres jóvenes menores de 20 años han experimentado alguna forma de relación sexual forzada.
Estas cifras estremecen y nos preocupa. El maltrato infantil no solo deja heridas físicas o psicológicas inmediatas, sino que también genera problemas de salud física y mental que pueden durar toda la vida. La OMS advierte que sus consecuencias pueden incluso ralentizar el desarrollo económico y social de los países, afectando también el futuro colectivo.
Existen diversas formas de maltrato infantil
- Físico: cualquier acción que cause daño corporal, visible o no.
- Psicológico: comportamientos que humillan, descalifican o atemorizan.
- Negligencia: desatender las necesidades básicas y emocionales de los niños.
- Abuso sexual: uso del poder para someter a un niño a situaciones sexuales, sin su consentimiento ni comprensión.
- Exposición a la violencia: cuando los niños presencian actos violentos hacia otros, también se ven gravemente afectados.
Muchas veces, el maltrato permanece oculto, solo una fracción de las víctimas logra recibir atención profesional, por eso, visibilizar este problema es urgente.
Hoy, 25 de abril, renovamos el compromiso de escuchar, proteger, cuidar y criar con amor, el buen trato hacia la niñez es la base de una sociedad más justa y empática. Cada palabra, cada gesto y cada acción deja huellas profundas en su desarrollo emocional y social, escucharlos con atención, validar sus emociones, poner límites con respeto y guiarlos con paciencia fortalece su autoestima y les enseña a relacionarse con el mundo desde el respeto.
Criar con ternura es sembrar un futuro donde el amor y la dignidad sean el lenguaje común. Cuidemos su presente para construir un mejor mañana.