Las cifras son alarmantes y reflejan una realidad muchas veces invisibilizada. De acuerdo con datos recientes de la OMS y UNICEF, cada año mueren aproximadamente 300,000 mujeres por complicaciones relacionadas con el embarazo, el parto o el posparto. Paralelamente, más de 2.4 millones de recién nacidos fallecen en sus primeros 28 días de vida, muchos por causas prevenibles como infecciones, partos prematuros o falta de atención médica adecuada.
Cada 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, una fecha clave impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1948 para poner en foco los temas más urgentes y relevantes en el ámbito de la salud pública mundial. En este 2025, la conmemoración adquiere un carácter especialmente sensible, al centrarse en una causa que toca las fibras más profundas de la dignidad humana: la salud materna y neonatal. Estas estadísticas, lejos de disminuir, se han agravado en muchas regiones debido a las crisis humanitarias, la desigualdad estructural y el impacto de la pandemia de COVID-19, que debilitó aún más los sistemas de salud y amplificó las brechas en el acceso a servicios esenciales.
Un enfoque integral y con perspectiva de derechos
El enfoque de la campaña 2025, La OMS propone una mirada integral, humanizada y basada en derechos humanos, que reconozca las múltiples dimensiones de la salud materna y neonatal: desde el acceso a controles prenatales y atención obstétrica de calidad, hasta el acompañamiento emocional, la salud mental, la nutrición, la protección contra la violencia obstétrica y el respeto pleno a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
“Escuchar a las mujeres y apoyar a las familias debe ser una prioridad. Necesitamos sistemas de salud que respondan de forma integral a sus necesidades físicas, emocionales y sociales”, subraya el comunicado oficial de la OMS.
En este sentido, la campaña “Comienzos saludables, futuros esperanzadores” hace un llamado a los Estados, las organizaciones multilaterales y la sociedad civil para actuar de forma coordinada en torno a cinco líneas de acción clave:
- Fortalecer los sistemas de salud primaria.
- Mejorar la calidad de la atención, promoviendo modelos centrados en la persona, seguros y respetuosos.
- Asegurar el acceso gratuito y oportuno a servicios esenciales, incluyendo planificación familiar, vacunas, controles prenatales y atención pediátrica.
- Incorporar la salud mental y el apoyo psicosocial como parte integral de los cuidados.
- Promover políticas públicas con enfoque de género y derechos humanos.
Un futuro posible: donde nacer no sea un riesgo
El mensaje central de esta campaña es claro y profundamente humano: toda mujer tiene derecho a vivir un embarazo y un parto seguros, y todo bebé merece un comienzo de vida saludable. Estos no deben ser privilegios, sino derechos garantizados para todas las personas, sin importar su lugar de nacimiento, condición socioeconómica, origen étnico o identidad. La esperanza está en actuar, en sumar voluntades, y en recordar que un sistema de salud que cuida desde el origen, siembra futura para todos.