No solo son los golpes. Cuando hablamos de violencia de género inmediatamente se nos vienen a la cabeza las escalofriantes cifras de mujeres asesinadas por la violencia machista, sin embargo, no solo son los golpes, existen muchos tipos de violencia de género, y también hay víctimas de violencia de género que no salen en ninguna estadística porque se convierten en violencia normalizada por el país.
Una agresión física se puede reconocer, pero ¿cómo reconoces una agresión psicológica?, ¿dónde está el límite entre una discusión de pareja airada y una humillación?, ¿Cómo diferencias una conducta de violencia normalizada?, Con estas preguntas ponemos de manifiesto un problema que sufren millones de mujeres en todo el mundo víctimas de la violencia machista en sus diferentes variantes:
Violencia física: La violencia física es la más fácil de reconocer. Bofetadas, puñetazos, sopes, pellizcos o patadas son un gesto evidente de malos tratos que cualquiera puede reconocer, aunque luego tampoco resulta tan fácil actuar.
Violencia psicológica: El perfil del maltratador psicológico varía enormemente, pero no así sus consecuencias, la pérdida de autoestima y una percepción distorsionada de ti misma. Entre las agresiones psicológicas más frecuentes se encuentran el chantaje emocional, las humillaciones en público o en privado, el rechazo, las amenazas emocionales y, especialmente la insistencia en menospreciar a la víctima haciendo referencia tanto a su aspecto físico como al psicológico. Desde el ‘estás gorda’, al ‘nadie te va a querer’, pasando por el ‘no vales para nada’, aunque a veces estos mensajes no se lanzan de forma directa, sino que son más sutiles.
Violencia sexual: La explotación sexual y la trata de mujeres y niñas es un tipo de violencia sexual, pero también se da dentro del ámbito de la pareja. Hay mujeres que no reconocen una violación porque ha ocurrido precisamente con su pareja, pero sea cual sea tu estado civil, una relación sexual sin tu consentimiento es una violación. Las agresiones sexuales dentro de la pareja también incluyen el chantaje y la manipulación para que accedas a hacer cosas con las que no te sientes cómoda.
Violencia económica: Todas las parejas discuten por dinero, pero cuando las discrepancias no se producen dentro de la igualdad se considera también violencia. Lo puedes detectar si es él el que maneja el dinero de ambos, si te impide el acceso a la cuenta bancaria o si tienes que pedirle permiso para los gastos habituales. También se considera violencia económica cuando te impide el acceso al mercado laboral directamente o mediante amenazas veladas o chantajes.
Violencia social: La violencia social está estrechamente relacionada con la violencia psicológica. El agresor consigue aislar por completo a su pareja limitando la relación con familiares y amigos. Es el mecanismo más efectivo para continuar con otros tipos de violencia sin miedo a que reacciones, ya que te sientes sola y te hace creer que no tienes apoyos con los que contar.
Violencia patrimonial: En algunos casos la violencia física no se produce sobre ti, sino sobre tus pertenencias. Tirar tu colección de libros, romper tu ropa o destrozar los muebles en una discusión son actos que delatan un comportamiento agresivo y un sentimiento de posesión que te coloca en grave riesgo.
Violencia digital: Las nuevas tecnologías dan lugar también a nuevos tipos de violencia de género y, si bien son las adolescentes las que más peligro corren con este tipo de malos tratos, la violencia digital tampoco tiene edad. Que tu pareja te exija tus contraseñas de redes sociales y de correo electrónico o que se sienta con derecho a revisar tu teléfono móvil forma parte de la violencia machista que debemos combatir. Y cuidado con esos mensajes a todas horas disfrazados de interés romántico porque pueden esconder celos y dominación.

“Hay muchas víctimas de violencia de género, pero hay muchas más supervivientes”
La violencia de género es un proceso que inicia en el seno familiar, más del 90 por ciento de la violencia que viven las mujeres se da en ese entorno, no en las escuelas, la sociedad o el país, y es precisamente en el hogar donde deben realizarse acciones para atender ese fenómeno y erradicarlo. Si crees estar sufriendo violencia de género el primer paso es aceptarlo, puede que tengas muy en claro que estás sufriendo violencia de género o puede que te veas reflejada en algunas situaciones, pero tienes algunas dudas. Enfócate en salir de ese aislamiento social y comprender que no estás sola, hay muchas manos tendidas hacia ti y pueden ayudarte a salir de esta situación.
Los testimonios de muchas mujeres supervivientes de la violencia de género te darán la fuerza que necesitas para pedir ayuda. La línea telefónica 01 800 Háblalo (01 800 422 5256) te ofrece orientación legal y atención psicológica de forma continua, confidencial y gratuita. También puedes reportar al 911.