El uso de plásticos en envases para almacenar, proteger o verter alimentos y bebidas se ha vuelto tan común que incluso los recién nacidos reciben su primera leche en biberones de plástico, señaló José Saturnino Díaz, investigador de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). Anteriormente, estos productos solían estar hechos de caucho.
Díaz explicó que sustancias químicas como el Bisfenol A, presente en muchos plásticos en contacto con alimentos, pueden causar daños a varios órganos, especialmente al sistema endocrino, según estudios de diversas universidades y centros de investigación. El investigador hizo un llamado a la sociedad para exigir la reducción del uso de plásticos en los productos que consumimos.
“Nosotros como sociedad debemos de exigir que se disminuya el uso de esas sustancias plásticas y plásticos en los productos que nos venden, es grave observar que las generaciones de jóvenes no conocen otra alternativa que ver que sus alimentos entran en contacto con ese tipo de sustancias”, exhortó.
Para reducir el impacto de los plásticos en la vida cotidiana, Díaz sugirió reemplazarlos gradualmente con materiales como papel, cartón, madera, metales o vidrio, fomentando así el retorno a prácticas más saludables. En términos de salud, destacó que los microplásticos pueden acumularse en células y órganos, afectando el funcionamiento de sistemas vitales como el circulatorio, respiratorio y hormonal.
Además, es importante proteger la salud infantil, ya que los niños están expuestos a estas sustancias desde una edad muy temprana. Mencionó que existe una posible relación entre la exposición a plásticos y el aumento de trastornos como el autismo, sumado a la influencia de dispositivos que emiten radiación nociva.
“Ahora tenemos que verlo desde el campo de la salud de nuestros niños, que desde que son criaturas entran en contacto con esas sustancias, y no es novedad que en cada familia exista un niño con problemas del espectro autista y mucho de ello tiene que ver con los plásticos y aquellos aparatos que irradian radiación negativa”, comentó.
Como recomendación final, Díaz sugirió cambiar productos envasados en plástico por alternativas más seguras, como el vidrio. También propuso lavar alimentos como carnes, frutas y verduras una vez retirados de su envoltorio plástico y evitar el uso de recipientes plásticos en microondas, ya que, al calentarse, liberan sustancias químicas dañinas, especialmente en productos como las sopas instantáneas.