A partir de la confirmación oficial hecha por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), en cuanto a la formación del evento climático denominado “El Niño”, presente en el Océano Pacífico, el doctor Bladimir Salomón Montijo, responsable de la Estación Climatológica de la Facultad de Biología, expone que sus efectos se incrementarán durante los próximos seis meses, “aumentando el riesgo de fuertes lluvias y sequías en ciertos lugares del mundo”.
“Ahorita ya está presente, pero en el invierno lo tienen considerado como ‘fuerte’ porque la temperatura se va a elevar mucho más de lo que está ahorita al inicio; entonces se pronostica que va estar un poco más arriba del promedio la temperatura […]. Y este fenómeno tiene repercusiones a nivel global en el clima; mientras que un lugar se manifiesta con lluvias, en otra parte del mundo como Australia, por ejemplo, hay sequía lo cual provoca incendios forestales en aquel continente”, explicó.
En el Pacífico, este fenómeno climatológico originado por la interacción del océano con la atmósfera, representa un riesgo para la formación de ciclones tropicales intensos gracias al “aumento de los patrones normales del comportamiento de la temperatura de los océanos” que éste provoca, los cuales tienen un 56 por ciento de posibilidades de fortalecerse y un 25 por ciento de que alcance niveles de tamaño grande para la temporada de invierno 2023-2024.
“Esto nos dice que va a ser una temporada de huracanes activa para el Pacífico, a diferencia del Atlántico, porque El Niño se va a presentar por el Pacífico y en el Atlántico será más débil […]; entonces tendremos esas dos repercusiones, sequías en algunos lugares, exceso de lluvias en Sudamérica, principalmente en Perú, así como un invierno lluvioso en la parte norte del Continente”, dijo.
De cumplirse el pronóstico en Sinaloa, señaló el especialista, las precipitaciones podrían repercutir en los ciclos agrícolas, pero incrementarían los niveles de las presas, necesarios para actividades como el riego, el consumo humano, la generación de energía eléctrica y otras.
“En México existen pocos estudios sobre el impacto de El Niño en diferentes aspectos de la salud, pero en otros países de Sudamérica, principalmente, tienen estudios de su influencia en enfermedades virales, en los que se cuentan muertes de niños; en otras partes se propaga el dengue, etcétera. Pero el impacto más fuerte es en la agricultura”, concluyó.