Minutos antes de la media noche el servicio de emergencias 911 recibió el reporte de una persona lesionada por disparos de arma de fuego en un departamento del tercer piso de un edificio que se localiza frente a los campos de softbol del fraccionamiento Alturas del Sur ubicado por la calle Monte Cazadero, entre Cima de Los Olivares y Cima de San Pedro, lugar hasta donde los paramédicos de Cruz Roja y policías se trasladaron al lugar.
Como regularmente ocurre varios periodistas de la “nota roja” se trasladaron al sitio para cubrir el hecho y dar a conocer a la ciudadanía lo que está pasando en la ciudad, mientras que por otro lado empleados de casas funerarias también acudían al sitio ante la posibilidad de que la persona lesionada dejara de existir, y por su parte, agentes de las distintas corporaciones policiacas hacían lo mismo para tratar de llegar lo más pronto posible al sitio donde se había cometido el delito.
Los primeros en llegar al lugar fueron los elementos del Grupo Élite de la Policía Estatal Preventiva, quienes fungieron como los primeros respondientes en la escena del crimen tras una riña. Los agentes estatales eran apoyados por personal de la Policía Municipal y paramédicos de Cruz Roja que confirmaron el deceso de un lesionado por impactos de arma de fuego y atendían al presunto responsable del homicidio de golpes y heridas en distintas partes del cuerpo a bordo de una patrulla de la PEP.
Cuando todo esto sucedía y mientras el sitio donde se había cometido un delito no estaba acordonado con la obligada cinta amarilla para preservar la escena del crimen y con ello evitar la alteración de los indicios bajo el resguardo del primer respondiente de acuerdo al Protocolo Nacional de Actuación, un grupo de agentes de la PEP interrogaba al presunto responsable esposado en la caja de una de las patrullas estacionadas escasos 30 metros del departamento donde ocurrió el asesinato.
La agresión al periodista
Con una trayectoria de más de 20 años cubriendo la “nota roja” y con charlas y conferencias con estudiantes de las carreras de Criminología de las universidades Autónoma de Occidente y Autónoma de Sinaloa y con experiencia en la realización de documentales de hechos de alto impacto para medio de comunicación internacionales, Ernesto Martínez, mejor conocido como “El Pepis”, periodista de Los Noticieristas, llegó al sitio para cubrir la noticia de lo que había sucedido en ese lugar.
“Lo primero que hice al llegar fue valorar los riesgos en la escena del crimen. Si no había personas peligrosas, situación de riesgo o probables víctimas indirectas y al ver que el hecho había sucedido en el tercer piso de un edificio ubicado a unos 40 metros de distancia comencé a grabar aspectos de la movilización policiaca desde una distancia prudente, pero en ese momento uno de los elementos de la PEP que estaba en el lugar y que portaba un pasamontaña negro, que no le dejaba ver el rostro, me gritó que dejara de grabar”, narró.
“Mi primera reacción y para evitar confrontaciones fue pausar el video que empezaba a grabar en ese momento y decirle al policía que yo era periodista y que trabajaba para Los Noticieristas de Luis Alberto Díaz al momento que también le explicaba que solamente iba a grabar las patrullas y no al detenido, pero en vez de dejarme trabajar se me dejó venir con palabras obscenas y ordenando que me fuera más para atrás hasta llegar conmigo y tratar de quitarme el teléfono con el que realizaba mi trabajo”, agregó.
“En tres ocasiones trató de quitarme el teléfono, pero las tres veces no lo logró y al último hubo contacto físico donde forcejeamos con el aparato y al ver frustrado su objetivo se enojó y levantó su rifle apuntándome al pecho mientras me decía que me iba a cargar la chin… Razón por la cual en un instinto de supervivencia le aventé el arma hacía un lado y se metieron varios de sus compañeros para calmarlo”, continuó.
“Uno de los agentes más consciente me decía que no le hiciera caso, pero me exhortó a ceder ante el coraje del uniformado con el argumento de que ‘lo que no quepa en uno que quepa en el otro’, pero mi pregunta es: cómo va a ser posible que tenga yo más control de mis emociones que un agente que fue capacitado para ser sometido a situaciones de estrés, disciplina, trato humano a los ciudadanos, autocontrol y la empatía, entre otras”, denunció.
“Yo creo que por este tipo de elementos los esfuerzos que vienen haciendo los directivos y el gobernador para limpiar la mala imagen se vienen abajo y en algunas ocasiones terminan en tragedias como lo sucedido en Sanalona donde el mal actuar de los uniformados costaron la vida de dos jovencitas de Tamazula, Durango, que fueron asesinadas a balazos en un retén en las inmediaciones del templete de Sanalona”, continúo ‘El Pepis’.
El comunicador pidió que se ponga un alto a las prepotencias de los agentes estatales, antes de que ocurra un desenlace fatal “porque no es la primera vez que estas agresiones a periodistas que cubren la ‘nota roja’ suceden, ya que en meses y años anteriores existen varios altercados documentados donde estos mismos elementos de la Policía Estatal Preventiva tratan de intimidar a los reporteros o bloquear el trabajo periodístico. En lo personal creo que este elemento que actúo de esta manera debe de realizar de nueva cuenta su formación como policía en la academia de la Universidad de la Policía para que aprenda a realizar bien su trabajo”, demandó.
Con información de Los Noticieristas.