
Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados lograron aprobar en fast-track el “plan B” de reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Después de que la oposición consiguiera frenar la propuesta de cambios constitucionales impulsada por el mandatario —a la que impidió tener mayoría calificada—, el bloque encabezado por Morena presentó su documento alternativo, logró que se le dispensara el trámite de ir a comisiones para dictaminación y aprovechó su mayoría simple para sacarlo adelante en cuestión de solo unas cuantas horas.
El “plan B” se conforma de dos iniciativas. Una plantea cambios a tres leyes y la expedición de una nueva, con lo que busca reducir la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE) —institución continuamente criticada por López Obrador—, así como acortar la duración de los procesos electorales. La otra iniciativa cambia otras dos normas para acotar el concepto de “propaganda gubernamental” con el fin de que las expresiones de los funcionarios públicos no sean consideradas así.
No obstante, este paquete tuvo que dejar fuera puntos incluidos en el “plan A” de López Obrador, como modificar el método de selección de consejeros y magistrados o disminuir el número de diputados y senadores, puesto que estos requerían por fuerza reformar la Constitución.