Permanecerá en cuarentena bajo observación veterinaria, antes de llevarla a su hogar final, al santuario Ostok junto a Big Boy, donde se espera formen una familia en un ambiente armonioso.
Por fin llegó a Sinaloa, la elefanta asiática primera de su especie en nacer en México bajo la carpa de un circo, arribó al zoológico de Culiacán donde permanecerá bajo observación veterinaria y para que las familias sinaloenses puedan apreciar a “Bireki” de 31 años de edad con peso aproximado a las 3.5 toneladas.
Ernesto Zazueta Zazueta presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), junto al comunicador y ambientalista Arturo Islas, Amado Zazueta García integrante de Ostok, así como especialistas en el manejo de esta especie, estuvieron un poco más de 38 horas que duró el trayecto desde el Parque Ecológico Zacango, Edo de México hasta la capital de Sinaloa.
Amado Zazueta responsable de la unidad de rescate de Ostok Animal Protection & Sanctuary, indicó que posteriormente se realizar un evento entre ambos especímenes en dicho espacio que será el hogar definitivo luego de ser usados en espectáculos circenses, ahora son embajadores, y mandan un mensaje para respetar nuestros ecosistemas, la madre tierra no nos siga pasando la factura.
Por su parte, el ambientalista Arturo Islas, resaltó la importancia de mantener los equilibrios en la flora y fauna de cada región, evitar el tráfico de animales que incluso muchas especies ya están en peligro de extinción a causa de este flagelo que se viene registrando a nivel mundial, hizo el llamado a la conciencia de la gente y no tener estos animales exóticos como mascotas.
Zazueta Zazueta, también director de Ostok agradeció el gran apoyo brindado por la familia Kuroda, para que BigBoy ya no este solo como especie, y aportar un granito de arena para recuperar el número de elefantes asiáticos que están en peligro de extinción.
Esto luego del extenuante litigio y gracias al apoyo decidido de la familia japonesa radicada en Sinaloa, se pudo concretar este nuevo rescate de Bireki.
Durante la conferencia de prensa ofrecida esta mañana de sábado, la encabezó Ernesto Zazueta, Arturo Islas, Diego García director del Zoológico, e Irasema Kuroda, directora estratégica de empresas Kuroda
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE BIREKI
Hace 31 años por primera vez en México se logró la reproducción de un elefante asiático, fue una hembra y nació bajo la carpa de un circo.
Después de una intensa y cambiante vida, Bireki la elefanta, está lista para vivir tranquila y plácidamente en el Santuario Ostok en donde se buscará preservar su majestuosa especie.
Todo comenzó hace 64 años. En 1958 el Zoológico de Chapultepec importó cinco elefantes asiáticos desde Europa a México, con el fin de contribuir con la conservación de la especie.
A partir de entonces comenzó el arribo de elefantes asiáticos a nuestra tierra, la gran mayoría hembras porque su temperamento es más dócil que el de los machos.
A mediados de la década de 1980 los elefantes asiáticos estuvieron al borde de la extinción, en China quedaban solo unos 150 ejemplares.
Afortunadamente el 17 de septiembre de 1991 se logró el nacimiento del primer elefante de dicho continente aquí en nuestro país.
A pesar de que la temperatura era de tan solo 4 grados centígrados en Parral, Chihuahua, la elefanta consiguió nacer en el Circo Daktari de los hermanos Juan y Gustavo Esqueda.
La cría de 80 kilogramos de peso y 70 centímetros de estatura fue nombrada Bireki que significa “niña unica” en Tarahumara.
Para que la recién nacida pudiera soportar el intenso frío, en el circo se le acondicionó una zona especial de maternidad para ella y su madre.
Pero aunado a la helada que se padecía en Chihuahua, la cría no podía alimentarse de su madre, y es que por más que buscaba y buscaba la glándula mamaria, su progenitora no tenía suficiente leche.
Para ayudarle a que consiguiera alimentarse con leche materna, le inyectaron oxitocina por vía intramuscular y se le construyó una tarima de madera de 20 centímetros de alto, y así consiguió nutrirse adecuadamente.
Tras cuatro días de adaptación a su madre, el Circo completo partió de Parral, Chihuahua rumbo a la ciudad de Querétaro en busca de un clima más cálido para la pequeña elefanta. Se le construyó una caja de madera muy resistente para que viajara segura y tranquila a lado de su madre.
Bireki logró crecer y desarrollarse fuerte y sana, y así vivió 23 años en el Circo Daktari que recorrió buena parte del país, hasta que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) intentó arrebatarla de su hogar y familia argumentando que la elefanta no estaba en óptimas condiciones de salud.
Durante el litigio la PROFEPA decidió dejarla en depositaría en el Parque Ecológico Zacango en el Estado de México en donde vivió una estancia llena de bienestar, pero tras ocho de pleito los cirqueros ganaron la batalla, por lo que un juez ordenó que Bireki regresara a sus antiguos dueños.
Pero como todos sabemos, tras la fallida Ley de circos sin animales, los circos ya no están en posibilidades de ofrecerles una vida plena a los ejemplares, por lo que regresar a Bireki a una carpa sería condenarla a vivir en precariedad y sin mayor desarrollo de su especie.
Por ello Ernesto Zazueta, Arturo Islas Allende y Amado Zazueta del Santuario Ostok y la familia Kurodoa, conocida por su gran compromiso con el rescate de la vida silvestres, unieron esfuerzos y voluntades para que el nuevo hogar de Bireki sea el Santuario de Culiacán junto al otro majestuoso elefante de circo, Big Boy, donde buscarán preservar el ADN de su ya casi extinta especie.
Cabe destacar que Bireki ha vivido felizmente en el Parque Ecológico Zacango. Incluso ha sido parte del programa de conservación del elefante asiático (Elephas maximus) que han desarrollado en coordinación con Africam Safari. Y ahora ha llegado el momento de que busque seguir preservando su especie en un espacio 100 por ciento natural, con un clima ideal y junto a un gran compañero Big Boy.
Así bien, este jueves 16 de junio el Santuario Ostok en coordinación con el Parque Ecológico Zacango, el Zoo Culiacán y la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), llevarán a cabo su traslado. Primero arribará al Zoo Culiacán en donde pasará una cuarentena de adaptación al clima y valoración médica, y posteriormente será trasladada a Ostok en donde se encontrará con su nuevo compañero de vida, Big Boy.