Ante el alto costo de los insumos agrícolas, una de las opciones que los gobiernos federal y de Sinaloa estudian es impulsar el que los productores puedan producir sus propios insumos, como lo son la semilla y fertilizantes bajo un esquema amigable con el medio ambiente, mediante el cual pudieran tener un ahorro de hasta el 30 por ciento.
Víctor Suárez Carrera, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del gobierno federal, estuvo de visita en Sinaloa donde fue testigo de los avances que ha logrado un productor de la sindicatura de Costa Rica quien, por tercer año consecutivo, está produciendo sus propias semillas con un costo de aproximadamente mil 500 pesos de inversión por hectárea además de que también está produciendo sus propios nutrientes de origen orgánico y, tras los resultados obtenidos, se iniciarán los trámites para que sus predios sean certificados como orgánicos lo que le representará un ingrediente adicional en beneficio del productor al momento de comercializar su cosecha.
Para contrarrestar que el productor siga teniendo pérdidas, “se está impulsando alternativa de producción de semillas locales, producción de abonos orgánicos y un modelo que deja atrás el llamado modelo de revolución verde para ir a un modelo de agricultura sustentable y que tenga como finalidad principal el restablecimiento de la salud y el restablecimiento químico y biológico de los suelos y la eliminación gradual progresiva de los agrotóxicos empezando por el glifosato que es un herbicida altamente cancerígeno”.
Con estas prácticas, precisó el funcionario federal, no solo se pretende apoyar la economía de los productores al contar con los insumos más baratos y por ende con mayores posibilidades de mejorar sus ganancias, sino que además se logra evitar que a la mesa lleguen alimentos contaminados que deterioran, no solo la salud de los consumidores, sino que contaminan el medio ambiente y degradan la productividad de los suelos por lo que se tiene que trabajar en un modelo que garantice la producción de alimentos saludables y eficiencia en los suelos en beneficio de las próximas generaciones.