En Estados Unidos están convencidos de que Vladimir Putin, presidente de Rusia, ha tomado la decisión de invadir Ucrania la próxima semana o en los siguientes días, aunque esperan que aún haya margen para la diplomacia.
La explicación se remonta al año 1991, cuando Ucrania se convirtió en uno de los 15 países independientes que se derivaron de la disolución de la Unión Soviética.
A partir de ese momento, la nación ucraniana se acercó a la Unión Europea (UE) para reafirmar su democracia como país independiente.
En 2008, la UE invitó a Ucrania a sumarse a la OTAN, pero dicha noticia no fue bien recibida por Vladimir Putin, quien presionó al presidente ucraniano, Viktor Yanukovich para rechazar el pacto en 2013.
Dicha decisión provocó múltiples protestas que fueron reprimidas con violencia y en las que murieron más de 100 personas.
Putin aprovechó la inestabilidad ucraniana para invadir Crimea e intentar anexionársela con un referéndum considerado como ilegal por la comunidad internacional.
El interés de Putin en Crimea se debe a que dicho territorio es estratégico ya que ofrece una importante salida al Mar Negro.
El intento de anexión de Crimea por parte de Rusia, sólo fue castigado por la OTAN con sanciones económicas y una pequeña ayuda militar a Ucrania, por lo que se cree que el país liderado por Putin se habría inspirado para volver al ataque al no percibir castigos más fuertes, ya que lo único que les preocupa sería una guerra con Occidente.