Desde que comenzaron a fabricarse en 1950, los bolígrafos BIC no han cambiado su diseño, salvo en una cosa. Ideado por el francés Marcel Bich en 1950, basado en una patente del inventor húngaro László Bíró, se comercializó en una época en la que la mayoría de la gente todavía usaba pluma estilográfica. Bich revolucionó los bolígrafos al utilizar tintas de calidad creadas por su empresa Bic y usar una esfera perfecta de acero inoxidable en la punta de la pluma, que permitía que la tinta se distribuyera uniformemente por el papel, sin dejar mancha.
El diseño del bolígrafo BIC Cristal no ha cambiado en 66 años: capucha azul, y cuerpo de plástico transparente de 6 caras para ver el nivel de tinta, con un agujero en el centro del cristal para igualar la presión interior y exterior del boli. El único cambio es que desde 1991 la capucha tiene un agujero, para que pueda circular el aire si un niño se la traga, como ha ocurrido en alguna ocasión.
Aunque su diseño no ha cambiado, sí lo han hecho los materiales. El bolígrafo ahora es más ligero que hace unas décadas, la tinta es más consistente, dura más, y la bola de acero inoxidable desde 1961 es de carburo de tungsteno, casi tan dura como el diamante. Cada día se venden 6 millones de bolígrafos BIC Cristal en el mundo.