Las farolas son eléctricas desde hace muchos años, pero es una energía producida que hay que pagar, además de contribuir a la contaminación lumínica. El diseñador alemán Tobias Trübenbacher ha creado Papilio, una farola eólica que se recarga con el viento. No necesita conexión a ninguna red eléctrica, ni tampoco recargar una batería.
Las aspas mueven un generador que convierte la energía eólica en electricidad. Esta electricidad se puede usar inmediatamente para encender la farola, se puede almacenar en una batería, o se puede enviar directamente a la red eléctrica para suministrar electricidad gratis.
Las aspas en diagonal de Papilio permiten aprovechar tanto el aire que circula en cualquier dirección, y no necesitan mucha fuerza para moverse, basta con un viento normal que se genera habitualmente en todas las ciudades.
Todo en Papilio está pensado para consumir lo mínimo posible. Tiene un sensor de rayos infrarrojos que permite que la farola solo se encienda cuando detecta gente cerca, apagándose cuando no hay nadie. Apunta hacia el suelo para reducir al mínimo la contaminación lumínica, y su espectro de luz ha sido elegido para no molestar a los insectos.
Ya se ha probado Papilio en algunas ciudades alemanas, pero aún no se sabe si llegarán a utilizarse de forma oficial como iluminación urbana en algún lugar.