Cerca del 30 por ciento de las personas alérgicas sufren de alergia a las mascotas. La caspa de perros y gatos es un foco importante de alérgenos. Un estudio realizado por la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, revela que cuando una proteína presente en la caspa de gato se presenta con muy bajas dosis de endotoxinas, activa un tipo de proteína del sistema inmunológico llamada TLR4 que estimula la respuesta inflamatoria.
Es decir, en lugar de identificar y responder a los virus dañinos específicos, el sistema inmunológico toma todo alérgeno peligroso para el organismo y desencadena una respuesta inmune, que puede presentarse como picores, inflamaciones, sarpullidos e irritación. Al inhibir la respuesta de este receptor, se bloquean los efectos de la proteína del pelo del gato y no se manifiesta la alergia.