La magnitud de los sismos ocurridos recientemente en el norte de Sinaloa, nos recuerdan que debemos estar preparados ante una eventualidad de esta naturaleza y que es necesario que las autoridades vigilen que se cumplan las normas y lineamientos en la construcción y ordenamiento territorial y urbano en Sinaloa, opinó Manuel Trejo Soto.
El académico e investigador de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Espacio de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) consideró que, ante la recurrencia de este tipo de fenómeno en los últimos 11 años, resulta necesario y urgente que las autoridades informen periódicamente y con claridad a la sociedad los protocolos que se deben seguir cuando ocurre un sismo.
El doctor en Ciencias Geodésicas recordó que a lo largo de la costa de Sinaloa han ocurrido una gran cantidad de sismos debido a que entre la península de Baja California y nuestra entidad se encuentra la línea de contacto entre placas tectónicas del Pacífico y norteamericanas.
“La interacción entre ambas placas tectónicas genera movimientos relativos entre sí, lo que ocasiona la sismicidad en esta región”, detalló el especialista universitario.
Indicó que la gran mayoría de los sismos ocurren en el Golfo de California en diferente magnitud y profundidad alejados de las costas, de tal forma que son imperceptibles para las personas, pero no así para los instrumentos altamente sensibles.
De acuerdo con información del Servicio Geológico de los Estados Unidos de Norteamérica, los sismos más fuertes registrados en la región han ocurrido el 13 de septiembre de 2015 en Topolobampo con una magnitud de 6.7 grados y el 21 de octubre de 2010 frente al Huitusi con una magnitud de 6.7 grados.
Trejo Soto puntualizó que en el periodo comprendido de enero de 2010 a agosto de 2021 se tienen reportados un total de 665 sismos en los límites del estado de Sinaloa que van desde una magnitud de 3.5 y superiores.