El Servicio Postal de Estados Unidos comenzó a aceptar el envío de paquetes a precios asequibles, alrededor de 1913. Era un servicio novedoso y no había normas claras sobre lo que se podía enviar y lo que no. La gente enviaba huevos, ladrillos, y hasta serpientes, solo para comprobar si llegaban a su destino.
Existen al menos siete envíos documentados de niños por correo entre 1913 y 1915. El caso más famoso es el de May Pierstorff, una niña de 6 años que fue enviada por correo a la casa de sus abuelos, en Idaho, con 15 céntimos en sellos pegados en su abrigo. El destino estaba a 117 kilómetros, y May viajó en el vagón del Servicio Postal, junto al resto de cartas y paquetes.
Las fotos que se hicieron de carteros transportando bebés, no son situaciones reales, sino posados que se hicieron en la época para revistas o periódicos, en donde se mofaban de esta situación. Las veces que los carteron entregaban niños, eran circunstancias especiales. En el caso de May Pierstorff, el cartero que tenía asignado era un familiar suyo. En otros casos, se trataba de zonas rurales en donde el cartero era muy conocido en el lugar, o incluso un habitante del propio pueblo.