Aspirina es el nombre comercial acuñado por laboratorios Bayer para el fármaco. El nombre comercial de Aspirina viene del vocablo «Spiraea», que en botánica designa una familia de plantas y de ahí la sílaba «spir». La letra «A» indica el proceso de acetilación al que se somete al ácido salicílico para convertirse en ácido acetilsalicílico. La sílaba «in» era una terminación empleada con frecuencia para los medicamentos en aquella época. El extracto de la corteza de sauce blanco (Salix alba), cuyo principio activo es la base sustancial de Aspirina, posee unas cualidades terapéuticas tales como calmar la fiebre y aliviar el dolor.
Chinos, egipcios, griegos y romanos utilizaron la corteza de sauce para aliviar dolores. Ya en el siglo V a.C., el célebre médico griego Hipócrates recomendaba la corteza de sauce (fuente natural de la aspirina) como remedio para el dolor. Las posteriores investigaciones y modificaciones de la corteza de sauce dieron con el principio activo de esta planta que los científicos llamaron salicina, que sirve para sintetizar el ácido salicílico, y su proceso de acetilación da lugar al ácido acetilsalicílico.