Todo comenzó cuando Shoji Morimoto escribió este mensaje desde su cuenta de Twitter:
Acto seguido, le llueven ofertas a Morimoto. Ya ha sido contratado más de tres mil veces. Los encargos son muy variados: dar paseos, salir a comer, posar como amigo en fotografías, hacer las compras, jugar a juegos de mesa y videojuegos, e incluso para hacer fila en tiendas y en el cine. Uno de sus encargos más comunes es simplemente sentarse a escuchar, o charlar. El sueldo no está nada mal. Cobra 10.000 yenes a la hora, equivalente a 90 dólares. También hay que añadir el transporte desde la estación de Kokubunji, y comida y bebida, según las horas del servicio.