En la mayoría de los baños públicos, las puertas no llegan hasta el suelo y queda un hueco que permite que se vean los pies. El objetivo de esta medida no es incomodarte, sino que responde a diferentes motivos prácticos. Ver los pies del ocupante de un baño público tiene diferentes ventajas. No solo nos permite saber a simple vista si un puesto está libre u ocupado, sino que además también es posible ver si una persona ha sufrido algún problema de salud y socorrerla en caso necesario. Por otra parte, el espacio entre la puerta y el suelo reduce las conductas inadecuadas, como la práctica de sexo o el consumo de drogas.
Otra razón por la que las puertas de los baños públicos no llegan hasta abajo es que facilita la limpieza, pues el personal no necesita ir abriendo cada uno de los puestos, sino que puede deslizar la fregona por el hueco, ahorrando tiempo y esfuerzo. Otra ventaja de este formato es que permite ahorrar costos. Las puertas de estas características tienen un tamaño universal, de manera que no es necesario fabricarlas a medida y su precio es más económico. Además, el hueco favorece la circulación del aire, lo que permite una ventilación constante y evita que los malos olores no queden atrapados en los cubículos.
