Similar al phishing, los ciberdelincuentes usan vishing, el intento fraudulento de robar detalles de tarjetas de crédito u otra información confidencial, disfrazándose como una organización confiable o una persona confiable en un mensaje de correo de voz. Una táctica de fraude telefónico en la que se engaña a las personas para que revelen información financiera o personal crítica a entidades no autorizadas que la utilizarán para el robo de identidad.
El estafador generalmente finge ser un negocio legítimo y engaña a la víctima haciéndole creer que se beneficiará. Es como el phishing, pero no ocurre a través de Internet. Se usa en teléfonos, correo de voz o teléfono celular. Hoy en día, los atacantes automatizan cientos de llamadas fraudulentas a través de Internet asumiendo la identidad de una empresa legítima. En algunos casos, los atacantes incluso investigan sus objetivos de antemano para hacer que sus engaños sean mucho más convincentes.