Los precursores de hidrógeno de cianuro se tornan potencialmente letales cuando son procesados por el cuerpo humano. Se encuentran en las semillas de las manzanas y en el interior carnoso de las pepas de ciruelas, melocotones, duraznos y cerezas. Los síntomas de una intoxicación de cianuro incluyen confusión, mareo, dolor de cabeza y vómito. En casos extremos, conllevan a dificultades respiratorias, falla renal y, de no tratarse, la muerte. Sin embargo, la persona tendría que masticar y comerse todas las semillas de entre 19 y 24 manzanas de un solo tirón para estar en riesgo.
La solanina de los tubérculos como la papa, es muy venenosa en grandes dosis. Puede causar todo tipo de malestares desde síntomas gastrointestinales hasta alucinaciones, parálisis e, inclusive, la muerte. Sin embargo, se tendrían que consumir casi 70 tubérculos grandes en una sola sentada para caer envenenado. Por otro lado, la canela tiene una sustancia llamada cumarina, esta si es consumida en exceso puede ocasionar daños en el hígado.