Sabemos que los hipocampos o caballitos de mar son criaturas muy peculiares, principalmente por su proceso reproductivo, en el que el macho es el que se embaraza. Estos animales marinos mantienen relaciones monógamas estrechas con mucho contacto físico, contrario a muchas otras especies del reino animal. Los hipocampos buscan una pareja para aparearse durante toda su vida. Llevan a cabo un ritual de apareamiento que puede durar hasta 8 horas diarias. Primero, el macho danza alrededor de la hembra, enganchan sus colas y cambian de color, la hembra le transfiere los huevos al macho de vientre a vientre y es entonces cuando el macho libera el esperma para fecundarlos.
A la mañana siguiente, la pareja se reúne y realiza nuevamente los primeros pasos de su ritual: cambian de color, danzan y enganchan sus colas. Después de este saludo matutino, la hembra deja al macho durante el resto del día y regresa a la mañana siguiente para repetir el ritual. Los caballitos de mar son unas de las pocas especies que eligen a una pareja “para toda la vida”. Una vez que uno de ellos muere, pasa muy poco tiempo antes que muera el otro, es por esto que se dice que los caballitos de mar “mueren de amor”.