Según la Organización Mundial de la Salud, las personas que sufren de migrañas frecuentes tienen el doble de posibilidades de sufrir depresión y ansiedad. De acuerdo a una investigación publicada en la revista Nature Genetics, las mujeres sufren con mayor frecuencia que los hombres, esto es debido a la influencia de las hormonas. Las migrañas se dividen en dos tipos: episódica, que sucede menos de 15 días al mes, y crónica que sucede más de 15 días al mes, durante al menos 3 meses. Entre los posibles factores que desencadenan este dolor, se encuentra el ayuno, la falta de sueño, aromas intensos, el alcohol, el chocolate, los frutos secos y la cafeína.
La migraña crónica suele ser hereditaria, ya que se transmiten los genes asociados a ella y es producto de la alteración de múltiples genes en el ADN. Además, cabe mencionar que al menos un tercio de las personas que sufren un ataque de migraña experimentan un aumento en su sensibilidad a los olores. En cuanto al tratamiento, el reposo es una medida para mejorar el dolor, a diferencia de la actividad física que puede empeorarlo. Recuerda siempre hacer una visita a tu médico si el dolor te impide realizar tareas cotidianas, es muy agudo o es recurrente, puesto que podría deberse a alguna afección como sinusitis o incluso alguna condición más grave.