Cuando entrenamos o estamos en un clima caluroso, nuestro cuerpo aumenta la temperatura, lo que puede ser peligroso. Por esto el organismo debe hallar la forma de enfriar el cuerpo para mantener una temperatura correcta. Las glándulas sudoríparas de la piel se activan y así empezamos a transpirar. Nuestro sudor está formado por agua con sales minerales como el zinc, magnesio, hierro y otros más. La grasa no “se suda”, sino que se oxida. Esto ocurre cuando tu cuerpo busca la energía para realizar un entrenamiento o sencillamente para cumplir sus funciones vitales de costumbre.
La energía requerida se mide en calorías, las cuales se obtienen por medio de la alimentación. Cada persona, según su peso, tamaño y edad, tiene un requerimiento mínimo de calorías que debe consumir para subsistir, conocido como “tasa metabólica”. Cuando alguien lleva una dieta en la que ingiere menos calorías de las necesarias, el organismo cubre esa falta con las reservas, que vendría siendo la grasa excedente de nuestro cuerpo. Así es como se pierde la grasa.