La anestesia fue un descubrimiento accidental, todo fue gracias al odontólogo Horace Wells en 1844. El doctor utilizaba oxido nitroso como un calmante después de analizar las obras de un químico llamado Gardner. Él hacía shows en los que administraba al azar óxido nitroso a miembros de la audiencia, lo que hacía que perdieran el control de su cuerpo y no sentían ningún tipo de dolor. La anestesia bloquea las señales nerviosas del cuerpo con el propósito de que la persona no sienta dolor.
La función de la anestesia local es bloquear la transmisión de las señales nerviosas que van hacia el cerebro, inhibiendo la función del canal de sodio de las células, básicamente buscan aislar la zona específica. La anestesia general crea un estado de insensibilidad total. Busca inducir una pérdida de conciencia en el paciente manteniendo intactas sus funciones vitales. Existen muchos tipos de anestesia y no todos funcionan en todos los cuerpos, es por esto que muchas veces a la hora de una operación el anestesiólogo debe mezclar varios fármacos que creen el efecto deseado en el paciente sin alterar ninguna de las funciones vitales del cuerpo.