En torno a los gatos negros giran un cúmulo de mitos que han ido pasando de generación en generación. El asunto de que traen mala suerte no es de un tiempo para acá, sino que se tienen referentes de hace miles de años. Hace más de 3000 años, en Egipto, este tipo de animales eran considerados uno de los predilectos. Se empezaron a considerar de mala suerte en la Edad Media, específicamente en Europa. Este estatus inicial que había adquirido en tierras egipcias dio un vuelto bastante inesperado, porque comenzó a ser relacionado con prácticas de brujas y hasta de hechicerías.
Lo que sí es seguro es que los gatos negros son considerados de mala suerte. Muchos llegaron a referir que las brujas se transformaban en estos animales, con la firme intención de andar por las calles sin que nadie pudiera percatarse de sus fechorías. Los gatos negros han sido denominados como un símbolo de malas noticias en algunas culturas del mundo, unas más fuertes que otras, pero siempre bajo el mismo concepto.