Las bolsas de té son uno de esos productos que podemos reaprovechar después de infusionados, dándoles otra vida útil y reduciendo los desechos. El té puede emplearse como abono para las macetas o plantas de nuestro jardín. Simplemente tenemos que mezclarlo con la tierra para que se aprovechen sus nutrientes. Además, las bolsitas de té son biodegradables, por lo que podemos enterrarlas directamente en la tierra si no llevan grapa.
Por otro lado, nuestra piel puede obtener beneficios al aplicarlas en nuestros ojos (concretamente en las bolsas y los párpados) húmedas y frías, ya que el frío contribuye a aumentar la desinflamación, una buena idea es conservar las bolsitas de té usadas en el refrigerador. Las bolsitas de té son de gran ayuda contra el acné y las arrugas de la piel. Una vez que estén frías, las bolsitas se pueden aplicar directamente sobre las verrugas, dejando que actúen durante 10 o 15 minutos, haciéndolo dos o tres veces al días conseguiremos que la verruga se seque y finalmente se caiga sola.
También puedes lavarte los pies o darles un tratamiento relajante utilizando las bolsitas de té usadas, te ayudarán a relajar los pies y a reducir el mal olor. Por último, podemos utilizarlas para limpiar y dar brillo a zapatos de cuero, muebles y superficies de madera que tengamos en casa, ayudándoles a conservar su color y brillo naturales.