La electricidad de una casa proviene, en la mayoría de los casos, de una central eléctrica. En todas las centrales eléctricas alguna clase de fuerza hace que una rueda enorme gire a gran velocidad, esta rueda hace girar una máquina llamada generador y esto es lo que produce la electricidad. Algunas centrales eléctricas obtienen su fuerza de la combustión de carbón o petróleo, otras de la fuerza del agua o de la potencia nuclear. En la actualidad, la energía más limpia sigue siendo la energía eólica, producida por los molinos de viento. Otra alternativa limpia que está ganando cada día más simpatizantes es la energía solar, producida por las placas solares.
La mayoría de las centrales eléctricas tienen más de un generador para poder producir la gran cantidad de electricidad que se requiere para un sector. Un transformador aumenta la potencia de la electricidad, para que los cables puedan llevarla a distancias más largas. En una subestación otro transformador disminuye la potencia de la electricidad, para que esté lista para ser usada en las casas, que fluye hasta ellas desde la subestación, a través de cables subterráneos. Por último, la electricidad entra en cada casa por un contador que calcula la cantidad de electricidad que se utiliza.