El color del cabello está determinado por un grupo de células madres conocidos como melanocitos, que aseguran el desarrollo de los folículos pilosos (el área de la piel en donde crece el cabello) y la producción regular de melanina, que es la sustancia que produce la coloración natural del cabello. A mayor nivel de melanina, más oscuro será el cabello. Conforme vamos envejeciendo, la melanina decrementa, y las canas van asomándose. Los niveles de radiación UV o incluso de alto estrés son letales para los melanocitos, aunque también está condicionada por la configuración genética de cada individuo.
Lo que muchas personas no saben sobre el proceso de encanecimiento es que este se da debido a una sustancia fácilmente reconocible por aquellos que se tiñen el cabello: el agua oxigenada (o peróxido de hidrógeno). Esta sustancia se puede encontrar de manera natural en el bulbo piloso (raíz del cabello). Los melanocitos emplean de forma automática unas enzimas llamadas catalasas para descomponer el peróxido de hidrógeno en agua y oxígeno, y de esta manera evitan el cambio de color. Pero a partir de cierta edad este proceso de descomposición se detiene, apareciendo así las canas.